La militancia líquida en la Cuarta Transformación

En discurso político nacional se habla de un cambio de régimen, sin embargo, la masiva votación por el cambio que se dio en 2018, por Juntos Haremos Historia, principalmente por MORENA; llevó a los espacios de poder, a personajes que formaron parte del “viejo régimen” ese que se supone fue derrotado en las urnas. 

​En Culiacán, tenemos un ejemplo claro en Jesús Estrada Ferreiro, que en la década de los setenta fue Subprocurador de justicia, nada más y nada menos, que bajo una gubernatura conocida por reprimir estudiantes, la de Antonio Toledo Corro; el diputado Federal Fernando García, fue alcalde de Navolato por el PRI, al igual que el diputado local Marco César Amaral; algunos se dicen “morenistas puros”, y sí su primer y único partido es MORENA, pero fueron empresarios beneficiados por los gobiernos del maloso PRIAN.

​Hay otros casos, como el “radical” Porfirio Muñoz Ledo, que tiene décadas viviendo al interior del régimen, primero como priísta, luego como Perredista, luego como miembro del PARM, después como aliado de Vicente Fox, más tarde cobijado por el PT y hoy diputado federal pluri, gracias a MORENA partido que pretende presidir, ¡Vaya cambio!

​En siglo XX, los partidos tenían como garantía de triunfo el “voto duro”, ese voto cautivo de la militancia; en el caso del PRI que gobernó casi todo siglo XX, además de sus militantes por voluntad, que los hubo, tenían amarrados los votos de las estructuras gubernamentales, Partido – Estado, como se diseñó desde el Cardenismo. Poco a poco las izquierdas confluyeron en un partido único que fue el PRD, y el PAN a finales del siglo cobro simpatías en masa que lo hicieron tomar el poder en muchos municipios y estados.

​Este aumento de competitividad política se empezó a pudrir, cuando PAN y PRD en la década de los noventa, empezaron a reciclar priístas resentidos, ese fenómeno aumentó después del año 2000, que el PRI se quedó sin la presidencia. El Chapulineo de un partido a otro según la conveniencia, ha sido algo repetitivo en los últimos 20 años en México, en Sinaloa tuvimos a MALOVA , por ejemplo, que dejó el PRI para ser postulado por el PAN y el PRD, para a medio sexenio regresar al PRI y regresarle a este partido el poder a su salida.

​Sí MORENA se llenó de chapulines en 2018, cuando aún no tenía nada, ahora que ya tiene casi todo en los tres niveles de gobierno, el brincadero a sus filas es grotesco; no mencionaré aquí a toda la fauna de personajes que apenas hace dos años juraban amor a otros partidos, usted los debe tener bien identificados estimada (o) lector.

​La militancia se ha vuelto líquida en el tercer milenio, y la culpa de que esa práctica persista es de las ciudadanas (os) que hemos votado por esos chapulines sin vergüenza. Sí queremos una verdadera transformación, empecemos por no reciclar los mismos de siempre, aunque hoy vengan con playera de diferente color.

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