Están prácticamente listos todos los aspirantes a gobernar Sinaloa en el escenarios más atípico de la historia. Por un lado la Pandemia cambió absolutamente toda nuestra dinámica de vida. Por el otro, tenemos a nuestra sociedad más polarizada que nunca, pues ahora estás con el Presidente o en contra, sin medias tintas o puntos de entendimiento mutuo.
Ambas circunstancias ya perfilan una contienda distinta, pero si agregamos a los candidatos, queda claro que la sociedad sinaloense comienza el proceso electoral en algo muy parecido al sentimiento de confusión. Es difícil saber por dónde iniciar, por lo que comienzo por el Partido en el Gobierno Federal y de ahí me salto a la oposición y al resto de los aspirantes.
Por Morena tenemos a Rubén Rocha Moya, originario de Badiraguato. Ya ha competido por la Gubernatura con el cobijo de los partidos de izquierda como lo son el Movimiento Popular Sinaloense, en 1986; posteriormente repitió en su aspiración bajo las siglas del PRD, siendo Presidente nacional ni más ni menos que López Obrador.
Posteriormente, por su vocación profesional frente a aulas universitarias, se convirtió en Rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Posteriormente, se integró a todos los gobiernos priistas, como lo son el de Juan S. Millán, Aguilar Padilla y el actual Quirino Ordaz. Por su amistad con el hoy Presidente de la República, recibió la invitación para ser candidato a Senador y ganó por el tsunami.
Es visible que es un hombre con experiencia en campaña, será su tercera ocasión y, a diferencias de las anteriores participaciones testimoniales, ahora arranca como el rival a vencer. Sus flancos débiles son su ausencia de carisma, poco aporte en su paso como Senador de la República y haber trabajado tan cerca de tantos gobernadores, los cuáles hoy critica de una manera irracional, pues él mismo “asesoró” a los gobiernos que hoy los ve como impresentables.
De hecho, es justo este último punto que hoy mantiene enfrentado a muchos liderazgos internos de Morena, fisurando su unidad y dejando latente una fractura aún más grande pues lo consideran intransitable ya que él estaba en la nómina mientras varios de sus hoy compañeros estaban siendo señalados ante el naciente Movimiento de Regeneración Nacional, por lo que ven un alfil del actual Gobernador.
Siguiendo con el Partido en el Gobierno del Estado, tenemos a Mario Zamora Gastélum, quien está respaldado por el PRI, partido donde milita, el PAN y el PRD bajo la alianza “Va por Sinaloa”. La historia es ya conocidos por todos, en las que los Partidos de “oposición” fueron convocados por la iniciativa privada para formar un único frente, con miras de frenar el paso de Morena e impedir un avasallador triunfo como el del 2018. Eso obligó a que el Partido que postularía a los distintos candidatos a gobernador fuera transitable para todas las fuerzas políticas.
En ese sentido, es que Mario Zamora acarició la posibilidad desde hace meses, pues al no ser recalcitrantemente priísta (fuerza política que propondría el nombre debido a ser la más fuerte). Debemos recordar que él ya ha sido funcionario público de distintos niveles y en distintas secretarías, así mismo, tiene trayectoria electoral pues ha competido en dos ocasiones, tanto por la alcaldía de Ahome como por el Senado de la República, al mismo tiempo que su familia tiene un muy amplio legado tricolor pues han sido militantes del PRI de toda la vida.
En otras palabras, hay una garantía de identidad con la marca. Sin embargo, es su trayectoria lo que muchos consideraban su flanco más débil, ya que aunque ha estado muy cercano al poder, cuando él ha encabezado ha perdido. La más reciente ocasión fue contra el propio Rubén Rocha, que durante en 2018 ambos se enfrentaron. Así mismo, ya ha tenido que tragar el amargo sabor de la derrota contra Xenén Xochihua, quien hace ya varias elecciones perdió contra el panista por la alcaldía de Ahome, su tierra natal.
También es cierto que esto ha sido suficiente para verlo con reservas ante la maquinaria priísta, que quería tener un candidato mucho más popular y con amplia trayectoria ganadora, lo que ofrecía con más creces Jesús Valdez. De hecho, la rivalidad con él llegó al grado de tener que aplazar unas horas su registro pues los simpatizantes del “Chuy” no podían tolerar la imposición de alguien a quien consideraban lejano y débil. Para fortuna de todos los simpatizantes que quieren votar a un proyecto distinto al oficial, Mario logró superar sus dificultades y ha trabajado intensamente por lograr la unidad dentro del priismo y de todas las demás fuerzas políticas.
Me parece auténtico su interés de sumar a distintos actores y expresiones de la sociedad. Hoy por hoy se ha visto fortalecido pues, a diferencia de Rubén Rocha, su salud le ha permitido tener una mucho más dinámico acercamiento con la sociedad.
También están Héctor Melesio Cuén Ojeda y Sergio Torres Félix, dos competidores destacables por sus propias carreras políticas, aunque ambos desinflados por distintas razones. Por el lado del eterno Presidente del PAS, está visto que apoye a Rocha en el afán de seguir manteniendo coptada a la UAS, donde ambos han sido rectores y ésta extraña simbiosis será funcional para ambos, incluso al grado de que se rumora que, dado el momento, Melesio declinaría a favor de Rocha.
Por el lado de Sergio, el polémico ex alcalde de Culiacán se dice listo para dar la batalla como una escisión del priismo más chambeador, pero ahora cobijado bajo la marca de Movimiento Ciudadano. Haber sido secretario en la administración local actual le ayudó a perfilarse por todo el estado, al mismo tiempo que su paso por el Ayuntamiento le dan una posibilidad de aspirar a la mayor votación que MC haya obtenido en Sinaloa, pero sin posibilidad alguna de superar si quiera el 12% de la votación.
Si bien se respeta su derecho a participar y a proponer lo que a su juicio está bien, de los demás partidos satélites a Morena ni hablamos, que por no poder negociar o estar obligados por la ley a competir solos, no van ligados a Morena, por lo que al fin y al cabo sus campañas serán testimoniales.
Así pues, tenemos listas las líneas de salida para llegar al Palacio de Gobierno.
Personalmente, le recomiendo que revise minuciosamente las propuestas, no descarte ninguna y decida entorno a quién podría defender mejor los intereses de Sinaloa, sus sueños y sus más imperiosas necesidades. No podemos darnos el lujo de tener un Gobernador que nade de muertito el siguiente sexenio.
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