Estrada Ferreiro, el Alcalde del escándalo

El Presidente de Culiacán es un personaje político de pocas formas ni mucho fondo. De esto somos testigos porque es Alcalde, pero sus escándalos vienen de mucho antes de llegar a (mal)gobernar el municipio más poblado de Sinaloa. Se ganó el derecho de despachar desde el Ayuntamiento por decisión de la ciudadanía, que de manera pareja votaron por todas las opciones de Morena.

Al hacer el recuento del tsunami, muchos se preguntaban quién era en realidad Estrada Ferreiro, el abogado que sin pena ni gloria ya había participado como candidato a diputado por la alianza PAN, PRD que lanzó a Malova en 2010, obteniendo el triunfo, por lo que en 2013, año de su postulación, quería sumarse a la ola de quienes gobernaban la entidad. Pasó de noche, no sin antes dejar testimonio que ni él (ni otros aspirantes) pudieron responder acertadamente un brillante vídeo que organizó El Debate, en el que cuestionaba aspectos básicos, como el número de sindicaturas de Culiacán, algunos libros que hubieran leído, entre otra información hasta de primaria. Uno de los reprobados fue, justamente, el hoy alcalde de Culiacán.

Lo de las fechas es importante, pues debemos recordar que Andrés Manuel López Obrador renunció al PRD en 2012, una vez que finaliza la elección presidencial, por lo que él no se sumó al naciente Movimiento de Regeneración Nacional, eventualmente Partido Morena. Es decir, cuando muchos de los fundadores del Partido del Presidente estaban organizando asambleas constitutivas, él se dejó querer por la que hoy denomina como los peores partidos de México.

En gran medida es el por qué surge su primer gran escándalo, como testigo ni más ni menos que el propio Andrés Manuel, en ese entonces Presidente de Morena. La dirigencia decidió nombrarlo Promotor de la Soberanía en 2015, como antesala a la candidatura por la gubernatura en 2016. En ese momento, AMLO creía estar anotando un gol pues Estrada Ferreiro ya había competido anteriormente y, fiel al estilo del hoy Presidente de la República, garantizaba un replicar exacto de su discurso.

Sin embargo, no contaba con las bases vivas de Morena, representados por Jaime Palacios y algunos de los jóvenes más talentosos de Morena como lo son Carlos Rea y Francisco Lara, entre otros. Ellos gritaron a todo pulmón que no podían aceptar la designación de un impresentable en un movimiento que aspiraba a ser impoluto y refrescante en la vida pública.

Colérico, AMLO hizo una verdadera rebatinga y defendió a capa y espada a Estrada Ferreiro, quien logró que expulsaran a los protestantes y, eventualmente, ser candidato a Gobernador de Sinaloa. En efecto, era como escuchar a AMLO, pero sin su carisma y con bigote; una tortura. Como era de esperar, quedó en un lejano cuarto lugar.

Posteriormente, en el intento de nombrar candidatos para la elección de 2018, Estrada Ferreiro se coló como candidato de Morena por la Presidencia Municipal de Culiacán, lo que logró con sus debidas fricciones internas, aunque muchos le tomaron la palabra que no podía ser tan malo y se debía evitar una confrontación interna pues necesitaban empoderar con unidad a López Obrador. Así, al igual que la mayoría de los candidatos en Sinaloa para alcaldías y diputaciones, Estrada Ferreiro accedió por la puerta grande a nuestro palacio municipal.

Muchos esperarían que, como dicta el sentido común, la oportunidad de gobernar Culiacán harían que se borrara el pasado grisáseo y convulso de Estrada Ferreiro. Pero pasó lo contrario. Ya como Presidente Municipal, acudió a las instalaciones mismas del PRI, a platicar con su antecesor, Jesús Valdez, a negociar las situación actual del Ayuntamiento, negando cualquier área de oportunidad que la administración pasada pudiera dejar.

También se pudiera pensar que, en la medida que avanzara el tiempo, el Alcalde se hiciera más empático con las necesidades de la gente, pero pasó exactamente lo contrario. Abría frentes de batalla lo mismo con comerciantes del centro, periodistas y con trabajadores de su propio Ayuntamiento. Incluso, su falta de acciones le hicieron que la ciudadanía le cuestionara sobre los baches de la ciudad, los cuales abundaban y se reproducían con demasía. Sin ninguna desfachatez, soltó el inmortal “sino quieren ver baches, váyanse por donde no haya baches”. De ese tamaño quien despacha desde presidencia municipal.

La única obra que pudiera destacarse es la rehabilitación del Teatro Griego, en el parque EME. Sin embargo, tuvo la mala suerte que su interesante intención se hundiera por la Pandemia, y hoy sólo ha sido testigo de su segundo informe de labores, el cuál fue reprobado con unanimidad porque citó a cientos de personas, como si el Coronavirus no importara. No le importó atentar contra la salud de sus colaboradores con tal de saciar su ego. Quiero decir, por derecho a la verdad, que si no fuera por su eficiente colaborador, el Secretario del Ayuntamiento Othón Herreraycairo y el encargado de Obras Públicas Audelo, su administración sería un caos.

De ese modo, llegamos al presente, con la ocurrencia (otra más) de pintar un mural de la 4T, donde coloca a AMLO junto a Juárez, Madero, Morelos. Para Estrada Ferreiro fue justo, ya que el Presidente es un héroe para él. ¡Y cómo no! El Presidente puso su cuerpo entero para defenderlo de los propios morenistas, que sí sabían anticipadamente cómo es.

Eso sí, se le olvida que el culto a la personalidad es reprobable desde el punto de vista moral y ético, pero además es también ilegal el promocionar personalmente lo que es propaganda del gobierno. Pero no importa, el abogado que se jacta de profesionalismo y apego al derecho solo tiene para darnos material de sus ocurrencias y para perpetuar la nefasta cultura mexicana de aplaudirle como foca a su jefe político.

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