Apenas antier el Presidente confirmó que estaba contagiado de Coronavirus. Sus antecedentes de infarto, hipertensión, sobre peso y edad avanzada lo dibujan como especialmente vulnerable ante ésta enfermedad que ha apagado la vida de más de 150 mil mexicanos.
Afortunadamente, hasta el lunes se anunció que su salud era estable y los síntomas eran menores. Cualquier otro escenario convulcionaría la vida pública de nuestro país y nadie saldría beneficiado.
Vale la pena hacer un recuento de cómo otros gobernantes y funcionarios en México y el mundo han vivido de manera personal la pandemia.
Antes del Presidente, una docena de gobernadores se habían padecido Covid-19, sin mostrar condiciones de gravedad, así como algunos Secretarios de Estado, como Irma Eréndira de la Secretaría de la Función Pública, Ricardo Sheffield de PROFECO, Zoé Robledo de IMSS y Arturo Herrera de Hacienda y Crédito Público, además de los titulares de Marina, Seguridad Ciudadana, Comunicaciones y Transportes . Todos se mantuvieron con reposo obligado, pero al pendiente y en hasta despachando desde sus casas. No hubo mayores complicaciones. En Sinaloa, nuestro gobernador reveló que una de sus hijas se había contagiado.
Así mismo, algunos alcaldes como Guillermo Benítez, de Mazatlán y Felipe Garzón, de Concordia, salieron positivos y recuperados sin mayor incoveniente.
Incluso en el plano internacional, los mandatarios han salido avantes de la enfermedad, como lo son Boris Johnson, de Gran Bretaña, Jair Bolsonaro, de Brasil.
También lo hicieron los presidentes de Honduras, Guatemala, Bolivia, así como algunos miembros de las familias reales de Reino Unido y Mónaco. El único que tuvo que ser internado por precaución a los síntomas que presentaba fue Donald Trump, quien aún en la enfermedad se mantuvo preocupado por su reelección presidencial y aprovechó su mejoría para mostrarse fuerte ante el electorado.
Notarán que, como con los ciudadanos, en la mayoría de los casos salen adelante de la enfermedad, reintegrándose con normalidad a sus responsabilidades.
Sin embargo, deben también mencionarse los que no pudieron superar las complicaciones, como lo son funcionarios públicos de la administración federal, legisladores de todos los colores y, en el caso sinaloense, la defunción del alcalde Carlo Mario Ortiz, quien gobernaba el municipio de Salvador Alvarado.
De hecho, este último conmocionó a la sociedad sinaloense pues se había recuperado de un primer contagio, pero al mes recayó de nuevo, resultando fatal.
Esto es un recordatorio claro que quienes dirigen municipios, estados y países son seres humanos que deben extremar precauciones pues la labor de trabajar en lo público hace irremediable el estar en contacto con distintos actores. Algunos se contrajeron la enfermedad de manera silenciosa, pues sí habían extremado medidas de seguridad.
En otros, como el del Presidente de la República, sabemos que era cuestión de tiempo pues usa poco el cubrebocas, abraza a quien le pongan enfrente, entre otras actitudes que lo llevaron a contagiarse más temprano que tarde.
No importa el escenario, debemos siempre pedir por su recuperación, pues una vez te infectas de Coronavirus, la enfermedad tiene potencial de arrancarte el último suspiro en cuestión de horas. Por humanidad, solo podemos pedir que nadie sufra la partida de un ser querido de manera tan repentina. Como ciudadanos, debemos también desear la salud de quienes nos gobiernan, ya que, de otra manera, el caos que se gestaría tendría un alcance insospechado.
La Pandemia es un mal que durará aún muchos meses, por lo que debemos extremar precauciones. En el país viviremos una jornada electoral, incluido Sinaloa, que habremos de votar por congresos, alcaldías y la gubernatura. Estos mismos días Rubén Rocha se contagió y se aisló, es cuestión de tiempo que suceda lo mismo con cualquier otro aspirante. Ellos deben de ser responsables y no citar a muchas personas, deben reinventar sus propias campañas, esto con el afán de reducir al máximo la exposición de sus seguidores, pues será culpa de ellos que sus actos de campaña terminen en tragedia para alguna familia.
Para mí, es un llamado de atención a Mario Zamora, quien aunque lo identifico como alguien responsable, honesto y como buena opción al gobierno, se le salió de las manos su registro como aspirante a la gubernatura en la sede del PRI. Esos errores no pueden repetirse. ¿Imaginan la nota que varias decenas se contagiaron ese día? Quizá hasta él mismo. No es un juego.
Debemos mantener la guardia arriba, saldremos adelante de ésta.
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