El planteamiento del alcalde Jesús Estrada Ferreiro no se ha reflejado ni siquiera en las versiones más siniestras de las distopías.
Solamente de las entrañas de una mentalidad autoritaria podría surgir una propuesta como la que el alcalde expresó abiertamente este miércoles: restringir la presencia de los perros en los parque públicos. Con ello queda en claro que Jesús Estrada Ferreiro no es “un hombre de ideas, sino de ocurrencias”.
Ante la notable ausencia de orden, de proyectos, de rumbo, Estrada Ferreiro determinó que es conveniente coartar la libertad de quien es llamado el “mejor amigo del hombre” en las áreas recreativas. ¿Sabrá el alcalde que los perros tienen, por derecho primigenio, la prerrogativa de ser libres en zonas como las que él mismo refiere? ¿Sabrá que, en cualquier caso, los humanos son los invasores? Ni siquiera en las versiones más siniestras de las distopías se había hecho un planteamiento de esa naturaleza.
Si la capital sinaloense, como han alertado atinadamente diferentes asociaciones y activistas, es una de las ciudades con un alto grado de violencia en contra de los perros, con la medida que anunció el primer edil, ahora será mayormente hostil, dará mayor margen de animadversión hacia los animales. Generaría, de hecho, un entorno violento hacia los animales.
Con la propuesta hecha este miércoles, el alcalde añadió un peldaño más a su concierto de desaciertos, ahora en detrimento de las mascotas. Desde acá se pugna por una reconolización de la ciudad por parte de la fauna local.
La propuesta es tan llena de oscurantismo que, de hecho, no tiene ningún sustento legal, mucho menos un esbozo de humanismo. ¿Qué es lo que esgrimirá Estrada Ferreiro como argumento? Esperemos que se dé revés a tan anacrónica idea, que entre los individuos predomine, y perdure, la faz liberal y el espíritu humanista. Que los pensamientos como los del alcalde sean enterrados en los infiernos de la historia. Así sea.