La sociedad como problema

Se avecinan los días más complejos para contener la propagación del coronavirus

Con un registro de muertes que rebasan los 90 mil, en tan solo 221 días el coronavirus se ha posicionado ya como la tercera causa de fallecimientos en el país. La letalidad del nuevo virus rebasó en apenas unos meses a padecimientos que por muchos años habían causado estragos entre la población, como la diabetes, las enfermedades coronarias, pulmonares, cancerígenas, etcétera. 

De hecho, en un corte más preciso, en los últimos cinco meses no existe en México una causa de muerte más devastadora que el Covid 19. A pesar de ello y por increíble que parezca, todavía a estas alturas existe un grado de renuencia entre la población para acatar las medidas preventivas. 

Aún hoy en día persisten los señalamientos que delegan toda la responsabilidad de lo habido y por haber en materia de Covid-19 a las autoridades civiles y de la salud. Ciertamente, la infraestructura médica se ha visto rebasada en determinados momentos. 

Sin embargo, es necesario subrayar que el hecho de que se hayan alcanzado los puntos más álgidos de la contingencia se debe, en parte, a la población que ha desestimado cualquier tipo de recomendación. 

La infección de Covid 19,  que ha ocasionado 90 mil 309 muertes en siete meses y medio, es decir 408 decesos diarios, que ha afectado al 92 por ciento del total de las empresas en México, se transmite de una persona infectada a otra, a través del aire, al toser y estornudar, al tocar o estrechar la mano de una persona enferma, o al tocar un objeto o superficie contaminada con el virus y luego tocarse la boca, la nariz o los ojos antes de lavarse las manos. 

De manera que resulta irrefutable la responsabilidad que tiene la sociedad en la contención y propagación del virus. Por eso es que resulta muy conveniente insistir en que la sociedad tiene que poner de su parte, en asumir plenamente el rol que le toca desempeñar en esta contingencia de salud, en no relajar las medidas preventivas. Sobre todo porque se avecinan días festivos en noviembre, diciembre y enero. 

Los primeros, de hecho, son ya este fin de semana. Y es que justamente en el entorno de juerga es cuando más se observa la desatención de la sociedad, que esgrimiendo prerrogativas jurídicas o de cualquier índole, insiste en no acatar las indicaciones. Se vienen días de fiesta, los cuales, todo parece indicar, serán también los días más complejos para contener la propagación del Covid 19.  Toca entonces a la sociedad convertirse en un protagonista principal en el combate a esta contingencia de salud. 

A los ciudadanos les corresponde no dejarse llevar por el regocijo y la algarabía de la temporada que se avecina. Porque de no ser así, podría concretarse un viejo adagio en su salud y en sus propias familias: “del gozo se fue al pozo”. 

La primera gran prueba ya la tienen en puerta, con el Día de Muertos este fin de semana. Ojalá que se apruebe con creces este primer desafío.

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