Teresita Urrea la niña sinaloense inspiración de la Revolución Mexicana

Teresita llegó a este mundo como García Nona María Rebeca Chávez y lo hizo en tierra sinaloense, Su nacimiento se dio el 15 de octubre de 1873 en Ocoroni para ser precisos y lo hizo con un nombre muy distinto al que sería conocida por la mayor parte de su vida debido a que su padre era Tomás Urrea un poderoso hacendado de la región Sinaloa- Sonora por lo tanto su madre la indígena Cayetana Chávez una niña de apenas 14 años a quien Tomás obligó a tener relaciones cuando trabajaba en su hacienda no pudo darle el apellido paterno.

Teresita creció junto a su madre y su tía en una pequeña choza mientras ellas continuaban trabajando en el rancho Urrea, al paso del tiempo a los 16 años una joven Teresa terminó viviendo en el rancho de su padre y fue ahí donde conoció a una sirvienta a la que llamaban «La Huila», este encuentro marcó su vida ya que fue esta sirvienta quien le enseñó a curar diversas enfermedades con el uso de hierbas.

Fue poco tiempo después que la aún adolescente sufrió un ataque catatónico que la llevó a terminar en estado de coma durante 3 meses, finalmente la joven fue dada por muerta y su familia procedió a realizar su velación.

Al encontrarse Teresita en su ataúd comenzó a reaccionar, los asistentes vieron asustados como ella volvía de la muerte y las primeras palabras que pronunció fueron para pedir que ese ataúd lo guardaran para su mentora «La Huila» que esa noche fallecería.

La visión de la niña Urrea se hizo y realidad y esa noche la sirvienta de su padre murió, con el transcurso de los meses sus visiones se hicieron constantes y desarrollo sus habilidades curativas, entre 1889 y 1892 más de doscientos mil personas visitaron Cábora, Sonora el pueblo donde vivía la cada vez más popular curandera.

Tomás Urrea era anti iglesia y anti porfirista y transmitió esa visión a su hija, le mostró cómo la iglesia apoyaba al gobierno de Porfirio Díaz y como estos masacraron a Yaquis y Mayos con el mero objetivo de enriquecerse además de que Diaz entregaba los recursos nacionales a empresarios extranjeros con la intención de perpetuarse en la presidencia.

A los Urrea se une Lauro Aguirre un Ingeniero chihuahuense que se convirtió en periodista y político que tenía las mismas posiciones contra Porfirio y la iglesia, para ese entonces Teresa y sus obras ya eran ampliamente conocidas principalmente por la s poblaciones de Sonora y Sinaloa por lo que comenzaron a llamarla “La Santa de Cábora”.

La fama de la santa siguió extendiéndose y llegó hasta el estado de Chihuahua y es aquí cuando aparece otro asociado a la causa, se trataba de un mexicoamericano de nombre Cruz Chávez. Tomochic fue el pueblo de Chihuahua donde la adoración a Teresita tuvo su punto central en gran parte gracias a Chávez que utilizó la imagen de “La Santa de Cábora” para incitar al pueblo para levantarse en contra de las injusticias cometidas por el gobierno porfirista y sus cómplices de la iglesia.

Mientras tanto en Sonora 40 indígenas se lanzaron a las armas tomando la garita fronteriza de Nogales al grito de “’¡Viva La Santa de Cábora!”, en 1891 los habitantes de Tomochic se rebelaron contra el gobierno de Diaz y se declararon autónomos de cualquier forma de gobierno e iglesia, expulsaron a los religiosos y autoridades de su poblado, la insurrección enfureció a «Don Porfirio» y ordeno que su ejército retomara el control de la zona, la venganza de Díaz fue Terrible pues envió a 1500 elementos con artillería en contra de tan solo 113 revolucionarios.

Los Tarahumaras de Tomochic resistieron de forma gallarda los ataque al grito de “¡Viva Teresa Urrea!” pero el 13 de octubre de 1892 las fuerzas armadas del dictador arrasaron con el pequeño poblado, a la masacre sobrevivieron solo algunos niños ancianos, las pérdidas de los federales se han calculado en hasta 600 elementos.

De la batalla de Tomochic se recuerda la valentía de dos niños de catorce años, el primero Pedro Medrano cuyo cuerpo fue encontrado sobre los restos de cinco soldados a los que les dio muerte antes de perder la vida, Nicolas Mendía el otro menor que luchó de manera heroica logró terminar con diecisiete enemigos.

Los seguidores de Teresita atacaron lugares como Ojinaga y Palomas en Chihuahua, y el acecho de Díaz y la iglesia continuaron contra los Urrea y sus allegados.

Los Urrea se asentaron en El Paso, Texas donde atendía a más de 200 enfermos de forma diaria, ella nunca cobró un solo centavo por sus servicios y cuando recibía donaciones de pacientes ricos utilizaba ese dinero para enviarlo de forma íntegra a los revolucionarios que se encontraban en territorio mexicano.

En enero de 1897 un hombre trató de acuchillar a Teresita en uno de los al menos cuatro intentos directos de asesinarla además de múltiples intentos de envenenarla, para el mes de Julio “La Santa de Cábora decidieron mudarse hacia Arizona.

Una multitud mezclada entre los más pobres y las familias más acaudaladas de la región acudió a la estación de trenes para despedirla, los pobladores veían en Teresa a una mujer ejemplar que buscaba curar sin beneficio propio alguno y que también buscaba la libertad de su pueblo del yugo del gobierno.

Lauro Aguirre continuó su labor publicando periódicos desde El Paso, Texas, una compañía contrató a Teresita para que viajará por varios estados de la unión americana con el propósito de atender a los más enfermos.

Este contrato no duró demasiado ya que ella no se sentía cómoda con el cobro que la compañía realizaba a los enfermos y sus familias, durante este tiempo conoció a un traductor del cual se enamoró y posteriormente se casó

Teresita tuvo una hija a la cual llamo Laura en honor a su querido compañero de causa Lauro Aguirre.

Teresa Urrea, La Santa de Cábora jamás regreso a México y murió de tuberculosis en 12 de febrero de 1906 a los 33 años de edad al igual que Cristo en Cliffton Arizona.

Teresita murió sin ver el inicio de la Revolución Mexicana, pero sin duda contribuyó de forma importante a los cimientos del movimiento, el 20 de noviembre de 1910 liderados por Francisco I. Madero los revolucionarios se levantaron en armas y lo demás es historia.

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